Mis comienzos se han basado en una pintura informalista que se movía entre la figuración y la abstracción. En el 2003 se quema la obra de los últimos dos años. A partir de este momento y por pura
necesidad experimento un gran cambio. Ya no me centro en una única técnica, y sobre todo dejo de lado una forma de trabajar muy visceral y espontánea, le doy mayor importancia a el diseño de las
piezas y al desarrollo conceptual de los proyectos. En Incendios se retrata esta experiencia.
Mi investigación se ha planteado desde las experiencias visuales que van más allá de la tradicional visión de la “imagen-cuadro”, teniendo en cuenta la cantidad de ellas que nos rodean diariamente
y la economía de la percepción en la sociedad actual. Me considero antidisciplinar, ya que esta categorización no se corresponde con mi labor. Con el tiempo me he reconciliado de nuevo con los
lenguajes puramente pictóricos, aunque continuo explorando nuevos soportes y técnicas.
A través de mis proyectos, exploro la complejidad de ser mujer y madre en un mundo que a menudo subestima y subordina nuestras experiencias. Mi enfoque artístico se basa en la exploración y
representación de las complejas realidades de la experiencia femenina en nuestra sociedad.