Espera tu turno

¡Este proyecto forma parte de PROLETARIA, comisariado por Chus Cortina, 

2019

Metacrilato espejo 

Impresión digital

 

En España, el ocio y las vacaciones era algo sin sentido para la mayoría de los trabajadores en la lucha diaria por ganarse el pan. Solo los ricos y las clases privilegiadas viajaban y disfrutaban del tiempo libre en balnearios, ciudades del extranjero y playas. 

 

A principios del siglo XIX, en virtud de una ley de 1918, los empleados públicos, los militares y los maestros consiguieron permisos para ausentarse del trabajo, en concreto, 15 días de vacaciones para todos los funcionarios. Un año más tarde, otra norma abría la puerta a que capitanes y oficiales de la marina mercante disfrutasen de un mes de permiso remunerado. Pero esta conquista no llegaba a la gran masa de obreros poco o nada cualificados, por lo que ferroviarios, tipógrafos, empleados de banca y del comercio empezaron a reclamar tiempo de asueto.

La confirmación definitiva fue su inclusión en la Declaración de Derechos Humanos, aprobada por la Asamblea General de Naciones Unidas en 1948.

 

Artículo 24

Toda persona tiene derecho al descanso, al disfrute del tiempo libre, a una limitación razonable de la duración del trabajo y a vacaciones periódicas pagadas.

Las mujeres ven como este derecho al descanso se limita sobre todo en las clases menos favorecidas, donde las tareas domésticas continúan sin opción a pausa.

Para ellas las vacaciones se traducen en un cambio de ubicación con las mismas cargas de trabajo doméstico, preparando comidas, realizando la compra...

 

Las piezas que tienen la silueta de un ticket del supermercado para esperar el turno llaman la atención sobre este hecho, una imagen de playa paradisiaca que alude a las vacaciones soñadas.

Blanca Prendes, 2019

 


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